La historia de esta comunidad empezó hace 10 años atrás, cuando varias familias comenzaron a asentarse sobre estos terrenos para tener sus propios hogares, pero, según varios vecinos de la zona, allí no sería un lugar apto para vivir ya que funcionaba un cementerio de automóviles por lo cual la contaminación seria extrema si se le suma la suciedad de los arroyos y el rió Matanza, que cada vez que desborda genera muchos focos infecciosos en el agua de pozo que toman estos
habitantes, y en el ambiente mismo.
En abril del 2013 se pudo reflejar esta situación bajo el lente de la cámara que registro la triste realidad de cada vecinos que perdía sus pocas pertenecía bajo el agua. En ese ámbito las lluvias no son solo uno de los factores más preocupantes, sino que también estos lugares al ser terrenos tomados no es una comunidad reconocida, o sea que no posee domicilios legales, por eso genera muchos problemas al momento de tener un dni hasta de adquirir servicios como luz, gas, teléfono entre otros.
En consecuencia, la falta de un nombre legal dentro de los ámbitos estatales por el simple hecho de ser terrenos tomados, también repercute a la hora de urbanizar y mejorar ciertas condiciones del barrio. Por ende los vecinos tomaron la determinación de construir con sus propias manos las calles de esta comunidad y ponerles nombre con numeración para tener coordenadas un poco mas exactas al momento de recibir visitas, pero si se llama a un patrullero policial, bomberos o ambulancias ante una emergencia la asistencia no puede llegar a los hogares, grave situación con la cual lidian estos vecinos.
Solo la lucha vecinal y el amor de los habitantes por su barrio que se trasmitió en cada recorrida realizada allí, pudo mejorar algunos problemas de este lugar pero las soluciones de fondo todavía se hacen esperar. Aquí se ve la lucha por ser un barrio firme, de pie y que en los mapas, en vez de varios cuadrados sin nombre, aparezca esta comunidad reconocida como tal.